miércoles, 19 de junio de 2013

Terciarización en Brasil. Crisis, futbol y descontento.

@Serxiuxo

Sí, en Brasil, el futbol también es un negocio.

Por ejemplo, don Neymar Jr., displicente pero talentoso atacante de 21 años originario de São Paulo, fue fichado recientemente por el club Barcelona para la temporada 2013-2014; un suplicio, finalmente finiquitado, de 57 millones entre el club catalán y el Santos.

Muchos otros jugadores cariocas han sido fichados por sumas millonarias en los mejores equipos del mundo, a lo largo de la historia reciente del futbol. Kaká pasó del Milan al Real Madrid por 65 millones de euros, en 2009; Ronaldo, del Inter al Real Madrid por 45 millones de euros, en 2002; Robinho, del Real Madrid al Manchester City por 43 millones de euros, en 2009; Dani Alves, del Sevilla al Barcelona por 36 millones de euros, en 2008; y, entre otros, Ronaldinho, del PSG al Barcelona por 32 millones de euros, en 2003.

Después de Ronaldo, ya retirado, de todos ellos, el único que mantiene su gran nivel, lejos del final de su carrera, es el lateral del Barcelona, Alves. Los vicios, excesos, lesiones, mujeres, y otros pormenores a los que las figuras públicas están expuestas, les arrebataron el talento al resto. En fin, triste historia.

Brasil es la primera economía de América Latina; de acuerdo a cifras de 2008, su PIB se calculó en 2 mil 139, 237 millones de dólares y, respecto a los 190 millones de habitantes para entonces, su PIB per cápita fue de 12 mil dólares. Por ejemplo, el total de exportaciones a consumo fue de 256 billones 39 millones 574 mil 768 dólares, en un total de 1 millón 44 mil 190 operaciones (http://www.scavage.com/trade?menu=br.export/definitive&query=period:2011&inquiry=product). El PIB total en 2012 fue de unos 2 mil 500 millones de dólares, el PIB por sectores fue de 2% para las actividades primarias, 33% para las secundarias y 65% para las terciarias, incluye los subsectores de comercio, transporte, comunicaciones, actividades de la banca y hostelería, entre otros. Es decir, Brasil ha sufrido en las últimas décadas un fenómeno económico conocido como terciarización, transformación donde el número de la población económicamente activa en los sectores terciarios supera al de los sectores secundario y primario.

El desplazamiento del sector industrial ha tenido un impacto profundo en el desarrollo social de Brasil; el número de trabajadores técnicos operativos, por tanto, ha disminuido notablemente también, y aumentado la porción de trabajadores especializados en áreas administrativas e informáticas. Así, la terciarización económica ha promovido, incluso, que los espacios rurales, aún ante el desarrollo y auge de la industria agrícola, se conviertan en espacios turísticos, quedando las actividades industriales casi completamente deslocalizadas.

El gobierno de Dilma Rousseff puso en marcha un plan emergente llamado “Proyecto Copa”, su intención es llamar la atención de aproximadamente 650 empresas extranjeras y de unos 70 magnates del comercio mundial durante la celebración de la Copa Confederaciones, que arrancara el pasado sábado con el triunfo de la selección local ante su similar de Japón. Dos tercios de las empresas confirmadas son del propio continente; “Aunque sea conservador, ese número (1,100 millones de dólares) es extremadamente satisfactorio”, afirmó el coordinador del proyecto, Ricardo Santana, resultado del intercambio entre Apex y el sector productivo sobre los métodos en que el país aprovechará la derrama económica de la realización de grandes eventos deportivos, como la Formula Indy, los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo de Futbol. “El fútbol es una de las cosas de Brasil más conocidas mundialmente. Eso llama la atención de las personas”, dijo el director financiero y de relaciones con inversores de Vicunha, José Mauricio D´Isep. 

Y, pues, cómo no. Dicen, las malas lenguas, que en Brasil salen futbolistas hasta debajo de las piedras. Sin embargo, el país sudamericano no ha sabido caminar sobre la fragilísima línea entre el deporte y los grandes negocios trasnacionales; una pena.

El lunes, unas 300 mil personas, en 12 ciudades diferentes, salieron a las calles para manifestar su descontento por el aumento de tarifas de servicios públicos y, otros, los aficionados, por los estratosféricos precios del boletaje para el evento futbolístico. Rousseff, quien en su juventud militó en un movimiento guerrillero que combatió a la dictadura de Castelo Branco, defendió las marchas y aseguró que su gobierno escucha la protesta. “Brasil despertó hoy (martes) más fuerte. La grandeza de las manifestaciones de ayer comprueba la energía de nuestra democracia, la fuerza de la voz de la calle y el civismo de nuestra población. Es bueno ver a tantos jóvenes y adultos juntos con la bandera de Brasil, cantando el himno nacional y diciendo con orgullo: ‘soy brasileño’ y defendiendo un país mejor”, señaló la presidenta.

En un reporte del Tribunal Federal de Cuentas, se calculó que los costos del Mundial ya han excedido el presupuesto inicial de 24 mil millones de reales, unos 11 mil millones de dólares, en al menos 15%. Los organizadores de los Juegos Olímpicos no han revelado el presupuesto oficial para desarrollar la competencia, aunque calculan que sobrepasará los 29 mil millones de reales calculados cuando la ciudad de Río fue candidata.

Algunos futbolistas hablaron al respecto.

"Los brasileños se decepcionarán de haber perdido otra buena oportunidad de hacer de este un mejor país para vivir", aseguro el ex astro y emblemático “11” de la selección, Romario.

Rivaldo, a través de su cuenta de Twitter, aseguró que “Es una vergüenza estar gastando tanto dinero para este Mundial y dejar los hospitales y escuelas en condiciones precarias”.

David Luiz, central de la verdeamarella y del Chelsea, señaló que “Las personas tienen derecho de expresar sus opiniones y a manifestarse si no están felices, sólo de esta manera vamos a llegar a ver los errores y mejorar. Brasil tiene todo para crecer y ser un país mejor”

Hulk, atacante del Porto y seleccionado, a su vez, dijo, “Yo, por venir de abajo, hoy gracias a Dios estoy en una posición buena, me toca un poco. Las manifestaciones tienen total razón, lo que piden (los manifestantes) tiene sentido, tenemos que escucharles. Brasil puede mejorar en muchas cosas. Lo sentimos porque sabemos que es verdad”.

Fred, también seleccionado, indicó que “No podría ser diferente, si no, estaría en contra de mi origen humilde, al final yo y mi familia también sufrimos mucho con la precariedad de los servicios públicos”.

Mientras tanto, en México, el periodismo servil llama vándalos a los manifestantes y correctos a los profesionales del futbol que no opinan sobre la incesante e inclemente crisis, y sus responsables. Jodidos todos.

Así las cosas, luego de que la economía brasileña creciera en 7.5% durante 2010, aunque sin contracturas, apenas aumentó 0.9% el año pasado. Sin embargo, tenemos futbol.

Tostao, ex futbolista y hoy columnista del diario Folha de S. Paulo, lo resumió de forma precisa, se trata de "la elitización del fútbol en todo Brasil".

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